Mónica Prádanos
Empecé a escribir cuentos y poemas cuando iba a Primaria. Durante mi adolescencia pensé que lo que escribía no valía para nada, así que tiré todo lo que había escrito y abandoné la escritura. Aunque no dejé de imaginar historias y pronto empecé a sentir que me faltaba algo en la vida.
No fue hasta que cumplí veinte años que retomé la escritura. Por suerte, lo hice. Así encontré lo que me faltaba.
Desde entonces cada día reservo sí o sí unas horas para crear, porque soy consciente de lo mucho que lo necesito.
Después de probar diversos géneros y formatos, he llegado a la conclusión de que mi pasión es la fantasía y mi formato es el de novela (autoconclusiva o en formato de bilogía, trilogía, saga o colección).
En mis historias hay magia, hay criaturas imposibles, hay mundos fantásticos, y también hay aventura y algo de romance.
La historia antigua y medieval están muy presentes en mis historias, así como las culturas española, europea y japonesa.
Me resulta muy complicado elegir entre mis muchos referentes, pero si he de hacerlo, destacaré a Laura Gallego, porque me motivó a escribir lo que yo quería, que es género fantástico. Ella era una mujer joven que escribía fantasía y tenía lectores que, como yo, adoraban sus libros. Era un referente, sin duda. Y aún lo es.
Tolkien es mi otro referente, pues su obra, la creación de su universo, me inspiró para trabajar en mi propio universo, el de Mabiel Aridaen (Primer Hogar).
Admiro mucho el trabajo de Tolkien, el de toda una vida, la complejidad de su mundo, lo coherente y completo que es.
Y en cuanto a obras, La vidente y la espada, de Victoria Hanley, pues fue el primer libro que sentí que necesitaba tener en mi estantería y releerlo y releerlo. Me encantaría que alguien sintiera eso por mis historias.
Retomé mi amor por los lápices de colores unos años después de retomar la escritura, y ahora colorear se ha convertido en otra forma de expresar mi creatividad.
Me encantan los libros de colorear para adultos, entre los que destaco los de Johanna Basford, Rita Berman, Aeppol, Kerby Rosanes y Jess Volinsky (estos igual son más infantiles, pero los adoro).
En unos pocos años me hice con ¡cincuenta libros de colorear! Creo que ya tengo para toda mi vida, pero me sigo encontrando con libros tan geniales que no me puedo resistir, los dibujos me llaman a pintarlos.